Tres obras para tecla sobre La Monica

Girolamo Frescobaldi

El asunto de la muchacha que no quiere ser monja (o de la monja que se lamenta de serlo) cuenta con una larga tradición literaria, musical e iconográfica que arranca desde la Edad Media y se prolongó durante todo el Renacimiento. En efecto, esta situación era bastante común en una época en la que los padres debían reunir una dote para poder casar a una hija. En estas circunstancias, si una familia no disponía de medios suficientes, el convento garantizaba el mantenimiento de la desafortunada y ofrecía una alternativa menos costosa (John Wendland, «Madre non mi far monaca»: The biography of a Renaissance Folksong, Acta Musicologica, 1976).

En este segundo artículo dedicado a La Monica, repasaremos algunas de sus primeras realizaciones instrumentales para tecla, a través de diversas fuentes neerlandesas, inglesas e italianas.

De «jeune fillette» a la Monica

Santa Ana con el niño Jesús (ca.1650) de George de Latour.
Santa Ana con el niño Jesús (ca.1650) de George de Latour.

Los procesos propios de la transmisión oral explican, no solo las variantes melódicas y textuales que nos han llegado de esta canción a partir de las diversas fuentes, sino también el intercambio permanente de textos (contrafactum) que han prestado a esta melodía  los más diversos sentidos a lo largo de su historia. Es el caso de la variante italiana más antigua conocida de esta canción, la cual trata el asunto de la «jeune fillette» matices más terrenales e irreverentes con respecto a la versión francesa que conocimos en el artículo previo.

Esta versión italiana, recogida en el manuscrito fechado en 1610 Canzonette e madrigaletti spirituali (Queriniana di Brescia, ms. L.IV.99), explica el nombre por el que fue conocida esta melodía en toda Europa: La Monica = La monaca (= La monja),

Madre non mi far monaca
che non mi voglio far;
Non mi tagliar la tonaca
che no la vuo’ portar.
Tutt’il dì in coro
al vespr’et alla messa,
e la madr’abadessa
non fa se non gridar,
che possela creppar.
Che possela creppar.
Madre, no me hagas monja,
que no lo quiero ser;
No me cosas el hábito,
que no me lo quiero poner.
Todo el día en el coro
en las vísperas y en la misa,
y la madre abadesa
que no para de gritar,
y ojalá la palme.
Y ojalá la palme.

Las variantes textuales de esta canción son abundantísimas, y abarcan desde el ámbito profano hasta -como veremos en sucesivos artículos- el sacro. Este enlace recoge algunas de estas variantes.

La Monica para instrumentos de tecla

Mujer tocando el virginal, Vermeer de Delft, ca.1673.
Muchacha tocando el virginal, Vermeer de Delft, ca.1673.

Como vimos en el artículo previo dedicado a La Monica, las primeras versiones instrumentales compuestas sobre esta canción adoptaron normalmente la denominación de alemanda, bien en forma binaria con repeticiones (AABB) o con doubles (AA’BB’), características de la danza de corte barroca.

La presencia de esta melodía en diversas colecciones de piezas para teclado durante los siglos XVI y XVII ponen de manifiesto, una vez más, su popularidad. De las realizaciones que hemos escogido más abajo, es necesario distinguir las dos primeras (especialmente la anónima incluida en el Manuscrito de Susanne van Soldt) de la firmada por Girolamo Frescobaldi.

En efecto, la relativa simplicidad de las primeras, así como su inclusión en colecciones de obras para aficionados, sitúa a las primeras en el ámbito doméstico, los hogares que cuentan en el virginal con un medio a través del cual acceder a la música.

Por el contrario, la realización de Frescobaldi está claramente dirigida al organista profesional, cuyo ámbito es la iglesia. La exigencia técnica de la obra es superior, y su tejido contrapuntístico más docto y elaborado. El carácter del tema no debió suponer un obstáculo al tránsito de melodías del ámbito profano al sacro, habida cuenta que una parte significativa del repertorio de este instrumento en las iglesias consistió precisamente en arreglos y variaciones sobre temas populares.

Manuscrito de Susanne van Soldt – Almande de la nonette [ca.1580]

El Manuscrito de Susanne van Soldt es un cuaderno de piezas para tecla fechado en 1599 perteneciente a Susanne van Soldt, una joven neerlandesa residente en Londres. Este cuaderno es considerado como la única fuente de música neerlandesa para tecla anterior a Sweelinck -uno de los compositores más influyentes de su época-, correspondiente a las décadas de 1570 y 1580.

La realización y estructura es muy simple, una alemanda con repeticiones. La armonización es análoga a las que vimos en el primer artículo dedicado a La Monica, salvo por la extensión de la regionalización en el relativo mayor (III) al principio de la sección B a dos compases.


Manuscrito de Susanne van Soldt – Almande de la nonette [ca.1580]. Escrito en dos pentagramas de seis líneas (hexagramas)

Esquema de la armonización de La Monica incluida en el manuscrito de Susanne van Soldt.
Esquema de la armonización de La Monica incluida en el manuscrito de Susanne van Soldt.

William Byrd – The Queenes Alman [ca. 1600]

El compositor William Byrd
El compositor William Byrd

Con casi 300 obras, el Fitzwilliam Virginal Book constituye la colección de música para tecla más rica y completa de la época isabelina, en el tránsito del Renacimiento al Barroco. La Alemanda «de la Reina» de William Byrd recoge, una vez más, la melodía de La Monica, y la presenta con dos variaciones. A su vez, cada sección del tema y de las variaciones cuentan cada una con su respectivo double (repetición reescrita con ornamentaciones adicionales), de lo que resulta la estructura | A | A’ | B | B’ |.

La armonización extiende -como la versión de Susanne van Soldt- y subraya (mediante una escritura llamativamente homofónica) la regionalización del inicio de B en el relativo mayor (III) a dos compases, y desdibuja el colorido dórico de las versiones anteriores mediante el empleo la eliminación del V menor y la incorporación del IV menor, acercando la obra al modo menor «moderno». En cuanto a la estructura global, tenemos un tema y dos variaciones.

  1. [00:00] Tema. La Monica | A | A’ | B | B’ |. Las secciones A’ y B’ incluyen disminuciones a la corchea.
  2. [01:04] Variación 1. La sección A recupera el ritmo inicial de blanca. Las disminuciones realizadas en A’, B y B’ son similares en carácter a las realizadas en tema.
  3. [02:09] Variación 2. Esta variación se caracteriza por la aplicación de un contrapunto más denso y la incorporación de técnicas imitativas a pequeña escala. Las secciones A y B recuperan el ritmo original de la melodía mientras que las A’ y B’ son enriquecidas con disminuciones a la corchea.

William Byrd – The Queenes Alman [ca. 1600]. Incluida en el Fitzwilliam Virginal Book, escrito en dos pentagramas de seis líneas (hexagramas).

Esquema de la armonización de La Monica de William Byrd.
Esquema de la armonización de La Monica de William Byrd.

Girolamo Frescobaldi – Partite sopra l’aria della Monica [1616]

Partite sopra l'aria della Monica de Frecobaldi, sobre pentagramas de seis y ocho líneas.
Partite sopra l’aria della Monica de Frescobaldi en edición facsímil, con pentagramas de seis y ocho líneas.

Como hemos adelantado, la versión de Girolamo Frescobaldi aventaja a las anteriores en complejidad y extensión, al constar de once secciones o «partes» (tema y 10 variaciones). Venerado durante todo el siglo XVII como uno de los grandes maestros del «estilo antiguo», el equivalente a Palestrina en el ámbito instrumental, estas variaciones o «partes» hacen gala de una escritura polifónica estricta y un contrapunto imitativo limpio y fluido.

  1. [00:00] Parte 1. La Monica ||: A :|| B |. Realización estricta a 4 voces. Algunas imitaciones en la sección B.
  2. [00:48] Parte 2. Elaboración de un motivo de corchea con puntillo.
  3. [01:31] Parte 3. Elaboración de un trino medido.
  4. [02:17] Parte 4. Elaboración de un motivo ascendente y contramotivo descendente en entradas canónicas.
  5. [03:06] Parte 5. Elaboración de un motivo descendente con trino.
  6. [03:50] Parte 6. Disminuciones virtuosísticas en la voz superior.
  7. [04:37] Parte 7. Imitación de un motivo de quinta ascendente en A y de una figura descendente de tres notas en B.
  8. [05:22] Parte 8. Imitación de un motivo ascendente de negra con puntillo.
  9. [06:21] Parte 9. Elaboración de un motivo descendente en ritmo anapesto.
  10. [06:56] Parte 10. Disminución en semicorcheas estrictas de la voz superior, con diálogo con el bajo en la sección B.
  11. [07:34] Parte 11. Elaboración de un motivo más extenso.

Girolamo Frescobaldi – Partite sopra l’aria della Monica [1616]. Incluida en el Primer Libro de las Toccate e partite d’intavolatura, en la 2ª edición de 1616.

Esquema de la armonización de La Monica de Girolamo Frescobaldi (Parte 1).
Esquema de la armonización de La Monica de Girolamo Frescobaldi (Parte 1).

En este vídeo podemos seguir esta partitura de Frescobaldi interpretada en el órgano.

3 comentarios en “Tres obras para tecla sobre La Monica

  1. He tenido problemas con el Spotify y no había podido escuchar estas maravillas de música antigua. Lástima que no se prodiguen en los auditorios.

    En cuanto al temas de las monjas por pobreza, en la India aún ha sido -a veces lo es – peor. Si nacía una niña en una familia pobre la mataban porque no podrían reunir la dote. El procedimiento era romperles las costillas. Menudos salvajes.

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