Josquin – Chanson «Mille regretz» (análisis)

La inmensa popularidad de la canción polifónica «Mille regretz» a lo largo del siglo XVI no ha impedido despejar todas las dudas sobre su autoría y origen. Nada se sabe de su fecha de composición, y sobre su autoría nos basamos en la atribución a Josquin en una tablatura de 1538 de Luis de Narváez (en la que se refiere a ella como «Canción del emperador», por ser la favorita de Carlos I de España), además del cancionero publicado por Tielman Susato en 1544.

En este artículo analizaremos esta canción, estudiándola desde el punto de vista retórico, paradigma cultural que ejercerá una enorme influencia en las artes musicales durante los siglos venideros, y que encontró precisamente en Josquin a su pionero más sobresaliente.

La chanson «Mille regretz» [ca.1520]

En efecto, la abundancia de publicaciones apócrifas atribuidas a Josquin después de su muerte –achacables al deseo de aumentar las ventas–, la ausencia de «Mille regretz» de cancioneros consagrados a Josquin, más la misteriosa atribución de la canción a un tal J Lemaire (¿el poeta Jean Lemaire?) en una publicación de Pierre Attaignant de 1533 -actualmente desaparecida-, ha dejado la cuestión abierta al debate (David Fallows, Who composed Mille regretz?, 2001).

El superius es la única parte conservada de la primera edición impresa de"Mille regretz" (Pierre Attaignant, 1533) en la que se acredita a "J. Lemaire" como autor.
El superius es la única parte conservada de la primera edición impresa de»Mille regretz» (Pierre Attaignant, 1533) en la que se acredita a «J. Lemaire» como autor.

La estructura del poema es equivalente a la de un cuarteto castellano, con versos endecasílabos y rima A B B A. Con texto francés, su temática entronca con la del comiat, o canción de despedida trovadoresca, género poético que la especialista Isabel de Riquer distingue del la mala cansó o maldit-comiat, con las que habitualmente se confunde (La Mala Cansó provenzal, fuente del Maldit catalán, 1996).

Mille regretz de vous habandoner
et deslonger vostre fache'amoureuse.
Jay si grand dueil et paine douloureuse
qu'on me verra brief mes jours desfiner.
Mil pesares por abandonaros
y por alejar vuestro rostro amoroso.
Siento tanto duelo y pena dolorosa
que se me verá en breve acabar mis días.

Análisis de «Mille regretz»

La chanson «Mille regretz» está escrita a cuatro voces y consta de una única estrofa que es musicalizada en forma continua y no periodificada: Forma continua porque la estructura no se basa en la repetición de las frases musicales, sino en la invención continua. Y no periodificada porque el solapamiento de las frases, y la circulación del texto por las distintas voces -común en la polifonía sacra de la época, en concreto del motete- desdibuja la frontera entre éstas.

Desde el punto de vista tonal, la canción está escrita en modo de Mi frigio. Mi es, en efecto, la primera nota y el último acorde (menor) que escucharemos en la obra. La importancia melódica de las notas La y Do, y del acorde de La menor, provocan en el oyente moderno la impresión de una obra en La menor con un acorde final de Mi menor. Las cadencias empleadas (sostenidas y evitadas en La y remisas en Mi) refuerzan esta impresión.

El verso 1 establece como marco de referencia el hexacordo descendente La-Sol-Fa-Mi-Re-Do («Mille regretz»). Cierra la octava después (en «de vous habandonner») por la parte superior mediante el motivo descendente (Do-Si-La) para resolver en una cadencia intensa (plagal) en Mi.

El verso 2 se inicia con el motivo descendente (Do-Si-La-[Sol]) que ahora produce una cláusula evitada en Mi|Do («et deslonger») que es inmediatamente respondida por dos escalas descendentes (La-Sol-Fa-Mi) en «vostre fache’amoureuse»: La primera, en la voz superior, está armonizada mediante la progresión armónica característica de la Romanesca (F-C-Dm-Am); la segunda (en el bajo, como bajo de chacona), resuelve en una cláusula remisa en Mi.

El verso 3 se eleva mediante una textura imitativa hasta el Mi agudo para descender por el pentacordo Mi-Re-Do-Si-La en una textura de sextas paralelas, para resolver en una cláusula sostenida en La.

El verso 4 se inicia con una progresión armónica en círculo de quintas inverso (G-Dm-Am-Em) sobre la cual se introduce el tetracordo descendente Re-Do-Si-La, que cierra el verso con una cláusula sostenida en La. La repetición del verso 4 arranca repitiendo el tetracordo descendente Re-Do-Si-La («qu’on me verra»), que enlaza con el conclusivo La-Sol-Fa-Mi («brief mes jours desfiner»), que es repetido dos veces sobre la progresión de la Romanesca (F-C-Dm-Am, cláusula en La). Una última repetición final cierra la obra mediante una cláusula en Mi.

Análisis retórico

La textura motetística de esta canción supone a la vez su rasgo estilístico más sobresaliente y también una pista acerca de sus intenciones retóricas. Es decir, de su intención de recrear musicalmente las cualidades expresivas del texto. De este modo, la gravedad del asunto (el dolor por la despedida o la pérdida) exigiría una textura propia de lo sacro.

1. El motivo descendente

El perfil melódico de las voces contribuye también a generar un estado de ánimo, gracias al predominio de las líneas descendentes (catábasis), salvadas momentáneamente por saltos ascendentes (exclamatio), como desesperados suspiros en medio de un valle de lamentos. Especialmente destacado es el motivo descendente en mínimas que aparece hasta en tres versos diferentes (marcado en rojo), y que ilustraría además la figura retórica conocida como fuga, referida aquí no a la técnica de composición sino a la aceleración del ritmo por el uso repentino de los valores breves.

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Esta figura está tratada de forma matizada en cada verso. Así, por ejemplo, la segunda vez que se pronuncia «vostre fache’amoureuse», la línea está armonizada mediante acordes paralelos de sexta (fabordón), lo cual otorga a la frase una  dulzura (suavitas) acorde con el objeto que se quiere representar, «vuestro amoroso rostro».

El tercer verso presenta también una figura descendente en sextas paralelas similar a las anteriores aunque con una rítmica ligeramente distinta, iniciada en las voces superiores (cantus y alto) y continuada por las graves (tenor y bajo), una evocación muy elocuente de las lágrimas derramadas por el desgraciado amante.

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En el cuarto verso, la figura descendente («brief mes jour desfiner») construye, mediante repeticiones cada vez más tenues, toda una sfumatura musical que parece describir la misma pérdida de conciencia -o muerte- del amante (paronomasia).

2. Otros efectos retóricos

Aparte de la variada utilización del omnipresente motivo descendente, podríamos destacar el énfasis que adquiere la unión de las cuatro voces en una textura homofónica para subrayar el sentido de las palabras «Jay si grand deuil» (noema).

Un efecto expresivo muy sutil es la planificación de las cláusulas de discanto (cadencias mediante retardo) en «et deslonger»: Se trata en ambas ocasiones de un retardo de cuarta sobre el Mi. Según las reglas de la musica ficta, en este tipo de cadencias, la cuarta (La) debe resolver descendiendo un semitono (al Sol#). La segunda vez, sin embargo, la introducción de un Do en el bajo impide la resolución por semitono, para evitar la producción de la disonancia de 5ª aumentada (Do-Sol#), por lo cual el cantor debe resolver descendiendo un tono, frustrando así las expectativas del oyente (catachresis) mediante un efecto análogo al de la moderna cadencia rota, evocador en sí mismo de la frustración, el anhelo o también el pesar.

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Vídeos recomendados

Josquin Desprez (atr.). Chanson «Mille retretz» [ca. 1520]. Partitura.

Josquin Desprez (atr.). Chanson «Mille retretz» [ca. 1520]. Interpretado por los Profeti della Quinta.

Josquin Desprez (atr.). Chanson «Mille retretz» [ca. 1520]. Un magnífico análisis publicado desde el canal Early Music Sources con especial atención al efecto de la musica ficta en la retórica de la pieza.

10 comentarios en “Josquin – Chanson «Mille regretz» (análisis)

  1. Luca

    Buenas Rafael, tras leer «omnipresente motivo descendente» no pude resistirme a la seducción de tan brillante y pulcro análisis, muchas gracias por tu trabajo. Me gustaría aportar una figura retórica muy interesante: al inicio del último verso, la textura imitativa podría aludir a una mimesis (ridiculización), muy apreciable por el texto qu´on me vera (que se me verá), buscando pronuciar la vergüenza que siente el amante ante la terrible situación en la que se encuentra.

    ¡Saludos!

    Luca, exalumno del CIM Padre Soler (¡llegamos a coincidir un año!)

  2. José Luis Segura Maldonado

    ¡Hola! Muchas gracias por el artículo y el análisis que son muy claros e ilustrativos. Quisiera saber si es posible tener una imagen digital de la parte del Superius que se conserva del libro de Attaingnant de 1533. O, en todo caso, si pudiera indicarme dónde consultar dicha fuente. Esta petición es para una comparación que estoy haciendo entre la chanson y la intabulación de Narváez contenida en Los Seys Libros del Delphin.

    Saludos cordiales

    José Luis

  3. Mª Ángeles

    Precioso. Gracias por el regalo, porque compartir la reflexión sobre tanta belleza para que ésta sea comprensible también por la inteligencia además de por la sensibilidad, hacen el placer más profundo; y dar placer a los demás, cuando se hace así, gratuitamente (que si no, recibe otro nombre, jajaja) es un inmenso regalo.

    Sólo una objeción: explica un poco, aunque sea con enlaces a Wikipedia (o a sitios más reputados, en español a ser posible, por ejemplo otras páginas de tu blog si en alguna hablas del concepto en cuestión), qué demonios es una «cláusula remisa», la «semitonía» y por qué habría de sugerir sol# o natural, y por supuesto los latinajos cuando no son nada evidentes para los profanos (qué narices es una «prolación»?).
    La mayoría de los visitantes, estoy segura de que no somos músicos o si algunos estudiamos alguna vez algo de música nunca llegó a estos niveles de erudición.

    En todo caso, bellísimo el artículo. Me has hecho pasar más de media hora muy placentera. Sí, lo he leído con detenimiento, repitiendo la lectura, (como hay que leer las cosas brillantes) deteniéndome y saboreando los ejemplos -Dios, ¿o era el diablo, o ambos? está en los detalles, decía van der Rohe- y por supuesto la pieza entera al final, que si este mundo no estuviese manejado por mediocres, estaría en esas listas absurdas de «Las 50 mejores canciones de la historia» si esa clase de lista que no sirven para nada, de verdad fueran serias. ¿Qué más hace falta para demostrar que se puede hacer música «ligera», en el mejor de los sentidos, música que no requiere de una gran atención ni de una duración que pueda hacer perderse a más de uno sin tener que hacer música banal (Heidegger, nunca nos hemos llevado muy bien ¡pero cuánta razón tenías en esto de la banalidad!), machacona, y «fácil», en el peor de los sentidos?

    Gracias una vez más. Me guardo tu blog en los marcadores y seguro que seré una nueva visitante asidua :)

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